Cada generación ha escuchado “vivimos tiempos difíciles”, “vivimos tiempos de cambio”, “vivimos en tiempos de reformas estructurales”, “vivimos en una crisis”, “vivimos en una incertidumbre”, “vivimos en un mundo de inseguridad”, “vivimos en…”, y así como estas frases hay otras que son las favoritas del grosso de la población, como: “se acerca el apocalipsis”, “se acerca el fin del mundo”, “estamos al final de los tiempos”. Estas últimas palabras si se conocieran, si se comprendieran, y se acercaran al significado de estas palabras, se contaría con la sabiduría de dirigir los pensamientos hacia mejores futuros posibles y crearse mejores realidades.

Se han perseguido ideales para encontrar una solución a la dicotomía Guerra y Paz, el conseguir la paz a través de la guerra o hacer la guerra para encontrar la paz, así como la continua renovación para el establecimiento de un Nuevo o un Post  Orden Mundial y todas las aristas que conlleva para el funcionamiento y operación del Sistema y de los subsistemas políticos y económicos, sin dejar de lado los comportamientos de organización social impregnados de ideologías, creencias e idiosincrasias. Existe un gran recorrido histórico al respecto.

En cada época, se han escrito innumerables teorías para explicar diferentes acontecimientos para comprender las diferentes realidades a partir del análisis y estudio de una gama de pensamientos y conocimientos que nos crean la oportunidad de avanzar hacia el crecimiento y el desarrollo, la transformación y la evolución del ser humano para dotarlo de bienestar, este traducido en felicidad al satisfacer sus necesidades básicas; la libertad, como la capacidad de decidir bajo una cierta normatividad u orden; la fraternidad como la solidaridad, el humanismo, y; la generación de riqueza y abundancia en sus diferentes acepciones y objetivos de cada Estado – Nación y de cada ser humano en su carácter de individuo.

Lo anterior, han sido los ideales de muchos pensadores tanto de la política como de la religión, o de acuerdo a la disciplina o filosofía que se analice o estudie para interpretar la realidad, caso, acontecimiento, fenómeno, paradigma, etc., en donde se vierten diferentes posiciones de corrientes, ideologías o de asegunes, los cuales son todos válidos de acuerdo a experiencias, a  investigaciones y a cúmulos de conocimientos sobre el tópico a tratar en un determinado tiempo – espacio.

Cada asunto que acontece, se pretende explicar y comprender para encontrar las mejores soluciones posibles para que surja un “cambio”, una “transformación”, una “evolución”. Los cambios crean “caos” al encontrarse divergencias de pensamientos e ideales y posiciones a favor o en contra, o en su caso porque rompen el establishment de algo que ya se había acordado operar sistémicamente.

No dudo sobre las buenas intenciones de los tomadores de decisiones en cada uno de sus campos y de sus jurisdicciones, quienes siguen y defienden ciertas ideologías creadas por los pensadores con los cuales empatizan. Sin embargo, en lo colectivo prevalecen pensamientos que crean caos sobre ese/esos cambios, o viceversa, cambios que crean caos.  Lo colectivo, tiende a permear en lo individual.

Me detengo aquí un momento para comentar que de acuerdo a una encuesta que realice entre mis conocidos, amigos y personas que accedieron a contestarme andando en la calle, les pregunté si creían que vivimos en tiempos difíciles, y nueve de cada diez, opinaron que sí. Hubo diferentes argumentos y contrastes, recalcando que afectaban sus vidas personales y por tanto, su estado emocional.

En lo individual tienen pensamientos de “vivir en tiempos difíciles” por las realidades que viven en sus entornos y por lo que miran o escuchan en los medios nacionales e internacionales, así como en lo que se divulga en las redes sociales. Estos tiempos difíciles de acuerdo a lo que expresaron, son debido a la inseguridad, la violencia, la intolerancia, la insuficiencia de bienestar –empleo, salud, vivienda, educación, oportunidades de desenvolvimiento humano-, la ausencia de liderazgos en el gobierno –desde el cargo del poder ejecutivo hasta el desempeño de los servidores públicos-, así como otros temas a considerar como la incertidumbre y especulación de la economía, el acceso a la justicia, la impunidad, la corrupción, la migración el cuidado del medio ambiente y el cambio climático.

Asimismo, expresaron que existen tiempos difíciles en el ámbito familiar e interpersonal, como las relaciones con la pareja, con los hijos, en la interacción y comunicación con los jefes, con los vecinos, así como señalaron la ausencia de valores en la sociedad, y la exacerbación de la intolerancia y la discriminación, y el recelo que sienten por las personas que consideran “que lo tienen todo”, esto refiriéndose a las personas que gozan de riqueza o solvencia financiera.

Sin embargo, también los que cuentan con una estabilidad económica y son solventes porque cuentan con negocios mercantiles, empresariales y negocios a gran escala, contemplan tiempos difíciles tanto por las coyunturas nacionales como internacionales, y el sentir tiene las mismas características que el grosso de la población que es clase media y los que viven en pobreza y en extrema pobreza.

El malestar emocional crea preocupación, estrés, ansiedad, angustia, depresión, enojo, tristeza, indignación, impotencia, frustración e inconformidad.  

Los menos, dos de cada diez opina que no existen tiempos difíciles, comprende que son ciclos, que ninguna época es diferente a otra, todo depende de las circunstancias y los momentos que detonan un cambio que hace trascender el pensamiento hacia una mejora. Una metamorfosis de ideales que permiten transmutar realidades con la formación de pensamientos que se muestran más visibilizados en su evolución con los avances en la ciencia y en tecnología en varios aspectos desde la salud hasta en materia de defensa de los Estados.

De manera particular observan que lo que sucede en su entorno y los acontecimientos que ocurren tanto en su país como a nivel internacional son realidades que no se pueden ignorar, más cuando se trata de las condiciones que frenan el desarrollo humano, las personas afectadas por los conflictos, las víctimas de la violencia, las condiciones de pobreza y la violación de los derechos humanos.

Mencionaron que tiempo difíciles siempre han existido, pero lo más importante es que cómo tomes esos tiempos difíciles. Son tiempos de oportunidades, de generar alternativas ante ese caos y también depende en mucho sobre la salud mental, el estado de ánimo, el sentirte bien, la actitud y la generación de pensamientos positivos, en fin el tener una mente y cuerpo sano para alcanzar y mantener el equilibrio en tu vida que desees vivir. Esto sí se encuentra a tu alcance resolver. Comenzando con uno mismo, el tener la voluntad de mejorarnos y evolucionar como seres humanos, que nos permita ser más conscientes.

Entonces los tiempos difíciles se vuelven en oportunidades, que te permiten alcanzar los ideales  que siempre han propugnado en todos los tiempos a través de líderes políticos, religiosos, espirituales y filósofos, pensadores, ideólogos, y repetidores de asegunes que al final “tienen el mismo objetivo” conseguir el derecho a la vida, el bien de la humanidad, el bienestar, la felicidad, la libertad y la fraternidad, lo cual se traduce a nivel individual el ser consciente en amor incondicional y compasión.

Para cerrar, las diferentes realidades, los pensamientos creados y generados  inciden en lo colectivo y permea tu ser, generando el sentir de que “vivimos en tiempos difíciles y de que tenemos problemas”, desde lo que acontece en lo general en la esfera sistémica mundial, la posición que ocupa cada Estado, el papel de la sociedad, la colectividad y en lo particular de cada individuo.

Como vemos, es un mundo de información que nos invade por muchos canales y aturde nuestro ser y nuestro sentir. Para encontrar posibles soluciones es necesario comenzar con lo más cercano a nosotros. ¿Qué es lo más cercano? Nosotros mismos. ¿Cómo? Encontrando equilibrio en tu vida para el bien estar y el buen vivir a partir de una mente y cuerpo sano.

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