La economía debe tener como fin proveer de bienes y servicios a la humanidad. La competencia es positiva cuando se ejerce en igualdad de condiciones y estas son justas. El trabajo representa la forma civilizada de acceder al reparto de los bienes y servicios de la economía. Todas estas formas e ideas tienen, a su vez, la capacidad de degenerar.

En el entorno de las empresas, ¿puede acaso un empresario competir con otro nacional o extranjero que explota, si puede, a sus trabajadores con tal de reducir costes? Nada resulta más eficiente desde el punto de vista productivo que disponer de esclavos como mano de obra. Pero, desde luego, ser eficiente no lo convierte en justo.

La optimización en la empresa es un concepto digno e inteligente cuando se aplica a la minimización de los recursos naturales y humanos (reducción de tiempos), pero siempre en favor del beneficio del individuo y de la comunidad. Esclavizar a personas, ya sea por la fuerza o a consecuencia de sus necesidades vitales y las de sus hijos, es un acto despreciable, impropio y criminal.

Respecto a los gobernantes, aunque fueran los más sabios, justos y prudentes, cuando son contemporáneos de otros sin escrúpulos, astutos y egoístas, saben perfectamente que la competencia entre las naciones de unos y de otros resulta imposible. En términos económicos y productivos para la expansión o perpetuación del poder no hay nada más provechoso que la maldad, la crueldad y el engaño para la consecución de objetivos a corto plazo; esto incluye el tipo de políticas laborales que se lleven a cabo en un Estado.

Por otro lado, el individuo, en circunstancias favorables, tiene la capacidad de hacer uso de las habilidades más elevadas de su dignidad humana. La escasez le obliga, en virtud del instinto de supervivencia, a recurrir a los aspectos más bajos de su condición. Por esa razón, el trabajo digno es un derecho obligatorio para la civilización. Además, debe ser acorde a sus necesidades materiales, por tanto, de duración variable, e incrementado en la proporción oportuna para satisfacerlas. Debería proporcionarse un trabajo mínimo para servir estos fines, a no ser que ya se disponga de él por cuenta propia o ajena.

Para que se materialice este derecho en las condiciones indicadas y con las precauciones oportunas, debe ser competencia de la comunidad humana, solo así será posible el desarrollo simultáneo y la corrección de los desajustes que pudiera haber. Por último, si se entiende que el comercio debe ser libre, también el ser humano, como parte de este, ha de poder ofrecer sus servicios en cualquier sitio.

Condiciones Laborales Justas y equitativas para todos

 

Translate »