¿Te distraes cuando estás haciendo algo?
¿Has observado que estas distracciones te ocurren con mucha frecuencia a lo largo del día?
El fantaseo, divagaciones o ensueños te ocurren mientras realizas tus actividades cotidianas: ¡sueñas despierto!
Además le das crédito a muchos de estos ensueños, y muchas veces te crees lo que ensueñas…  ¡estás dormido!
 
¿Qué significa estar dormido?
La sucesión de imágenes mentales y de parloteo interno en la vida cotidiana (el fantaseo, o “soñar despierto“) no es un fenómeno raro, sino que se da de continuo en el Nivel de Vigilia ordinaria.  Es por ello que la Vigilia ordinaria es una “falsa vigilia”.
Los ensueños son inestables y cambiantes, y constituyen el mayor impedimento para mantener la Atención, la Vigilia y la Presencia.
La Conciencia cree en el mundo que ha creado, queda identificada, se hace cautiva de sí misma. Es su propio engaño.
Se vive en una falsa vigilia porque hay conexión con el mundo externo pero sin abandonar el sistema de ideación del Semisueño.
Es el estado de “dormido”. Lo grave es que no lo sabemos, no nos damos cuenta de ello. (Es más fácil advertirlo en los demás que en uno mismo).
Hay ensueños pasajeros que cambian según varían las situaciones externas, pero cuando existen repeticiones de determinados ensueños que se mantienen en el tiempo, nos encontramos con los ensueños secundarios.
Todo lo que nos preocupa, y también lo que nos ilusiona, nos ronda en la cabeza como si lo rumiáramos.
Situaciones conflictivas, problemas con otras personas que se tornan crónicos, deseos y aspiraciones, etc. son contenidos mentales que ocupan el campo de la Conciencia manteniéndonos en un mundo interno ilusorio.
Darnos cuenta de estos ensueños nos hace cobrar conciencia de nuestra falta de libertad interior porque la Conciencia queda atrapada en el reducido círculo de nuestros pequeños e ilusorios deseos.
El estudio de los ensueños secundarios sirve para determinar cierto núcleo fijo que es un fuerte orientador de las tendencias psíquicas.
Las tendencias vitales de una persona, están lanzadas a alcanzar ese ensueño fijo que las guía. Es el núcleo de ensueño.
A diferencia de los ensueños circunstanciales y de los ensueños secundarios, al núcleo de ensueño no se lo visualiza, sino que se lo experimenta como “clima mental” (atmósfera mental, trasfondo de sensaciones emotivo-vegetativas).
El núcleo de ensueño rige las aspiraciones, ideales, e ilusiones que van cambiando con cada etapa vital. Tras estos cambios o variaciones en el núcleo, la existencia se orienta en otras direcciones produciendo cambios en la personalidad. El núcleo se desgasta individualmente, como se desgastan los ensueños epocales, incluso a nivel de toda una sociedad.
El núcleo de ensueño lanza al ser humano en persecución de espejismos que al no cumplirse producen estados dolorosos (des-ilusiones), mientras que los cumplimientos parciales producen situaciones placenteras. Así descubrimos que en la raíz del sufrimiento psicológico están los ensueños y su núcleo.
Cuando cambia el núcleo de ensueño, la orientación de la vida cambia porque han cambiado esos ensueños que dan dirección a las búsquedas vitales, y a su vez, porque ha cambiado el clima que los determina, y los climas han cambiado porque ha cambiado el sistema de tensiones internas, y el sistema de tensiones ha cambiado porque ha cambiado la etapa física del sujeto, o porque ha surgido un accidente que ha provocado también un cambio en el sistema de tensiones.
Tanto individuos como sociedades dependen de sus ensueños y de su núcleo de ensueño. (“El sueño americano” o el “America first”, aparte de una incoherencia egoísta, viene a ejemplificar el núcleo de ensueño de esa sociedad).
¿Quiero comprobar cuán dormido o cuán despierto estoy?
Trascender el pensamiento no significa evadirse del pensar coherente y consciente, sino superar la inercia del pensar repetitivo e inútil, es decir, los ensueños.
Se trasciende el pensamiento (se trasciende el estado de dormido) mediante la Conciencia de Sí, mediante el estado de Presencia.
La Presencia, el estar despierto, quiere decir estar presente, vivir el aquí y el ahora.
La liberación de la mente mecánica, trascender los pensamientos disfuncionales, se logra estando atentos al momento presente, “respirando” el momento presente.
Próximo capítulo:  Personalidad y Esencia.
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