Cuando por accidente alguien queda “inconsciente”, o es anestesiado para ser operado, o está durmiendo, esa persona no se encuentra en el mismo Nivel de Conciencia que cuando, por ejemplo, está leyendo esto. Existen por tanto distintos Niveles de Conciencia como si ésta trabajara con distintas intensidades de modo parecido al automóvil cuando pisas el acelerador. (Este ejemplo esclarece respecto a la atención: parado o en ralentí no necesitas prestar atención, pero con marchas altas necesitas toda tu atención).

“Estados de conciencia superiores”, o “niveles de conciencia ampliados” son frases conocidas pero que muy rara vez explican de qué se trata.
Existe un gran desconocimiento de lo que puede ser la Conciencia y cómo funciona, pero lo más grave es la confusión existente entre estados superiores y estados inferiores: entre el estado consciente y el estado de dormido, entre lo pre-racional y lo trans-personal.
Los Niveles de Conciencia son: Sueño Profundo – Semisueño – Vigilia ordinaria – Conciencia de Sí – Conciencia objetiva. (En el esquema sólo están representados los 3 primeros).
Hemos heredado el cerebro reptiliano (de hace unos 60 millones de años) conocido hoy en nosotros como hipotálamo y cuerpo talloso, que a su vez es la primera formación en la cabeza del feto.
También heredamos el cerebro límbico, básicamente de los mamíferos. Pero lo que nos distingue del mundo animal es el córtex, y sobre todo la capa más externa, el neocórtex, que es la responsable de nuestro mundo racional: ideación, abstracciones, capacidad de cálculo, anticipación o previsión, etc.
En el transcurso de las 24 horas del día pasamos por estos 3 Niveles de Conciencia:  Sueño profundo, Semisueño y Vigilia ordinaria.
Cuando estamos en el reposo nocturno, la energía vital está en la parte más interna y antigua. Ahí se producen los sueños y la ensoñación inconsciente. Es el Nivel de Conciencia de Sueño profundo.
Cuando pasamos del Sueño a la Vigilia, o de la Vigilia al Sueño, transitamos por el Semisueño. Ahí conectamos y desconectamos con el mundo externo mezclándose la razón con el onirismo.
En el nivel de Vigilia ordinaria (en el que te encuentras ahora mientras lees) se despliegan las actividades humanas: los mecanismos racionales trabajan plenamente y se tiene un relativo control de la mente y del cuerpo, en general enfocado al mundo externo.
En el Nivel de Conciencia de Sueño profundo no es posible la crítica racional ni la propia autocrítica. Las imágenes que aparecen carecen de lógica: pueden verse cosas desproporcionadas, fantásticas y completamente irreales. Cualquier estímulo del exterior se amplifica, se modifica, cubre la Conciencia y se cree en él. En un sueño puede pasar cualquier cosa y lo que ahí sucede no es cuestionado. Enormes contradicciones pueden aparecer y sin embargo, se cree en ellas. Es debido a que la autocrítica y el raciocinio están reducidos al mínimo.
Es el Nivel de Conciencia más primario. Los Sentidos (vista, oído, olfato, gusto y tacto) están prácticamente desconectados.
Hay periodos netamente vegetativos, sin imágenes, y sólo se dan respuestas automáticas a estímulos internos del propio cuerpo (digestión, presión sanguínea, temperatura, ritmo respiratorio). Y también hay, alternándose, ciclos de Sueño con ensueños, con imágenes muy veloces y con fuerte carga afectiva que sugestionan fuertemente a la Conciencia.
El material de estas imágenes está tomado de la vida diaria pero se articulan alegóricamente, pudiéndose encontrar algunos significados.
El sueño sirve para reparar al cuerpo, descargar tensiones físicas y psíquicas y ordenar el caudal de información recibido durante el día.
El Nivel de Conciencia de Semisueño aparece al desconectar del mundo externo y al conectar de él, cuando entramos al sueño profundo o cuando salimos de él. La razón y el onirismo están mezclados y los sueños y ensueños (básicamente son lo mismo) se desplazan con mucha velocidad.
Puede decirse que el Semisueño es “el techo” del Sueño profundo, pero también a su vez, “el suelo” del siguiente Nivel de Conciencia: la Vigilia ordinaria (Nivel de Conciencia en el que te encuentras ahora).
En el Semisueño, se mezclan fenómenos de los otros dos niveles. Al Semisueño se asciende desde el Sueño profundo y se llega también cuando se desciende desde la Vigilia. Es pródigo en fantaseos y largas cadenas de imágenes que cumplen con la función de descargar tensiones internas.
Te encuentras en el Nivel de Vigilia ordinaria mientras lees esto. Los mecanismos racionales trabajan plenamente y se tiene control del cuerpo.
Pero los Niveles de Conciencia no son estancos, o con cortes estrictos, sino que están operando preferentemente con la carga de energía que activa más unas zonas del cerebro que otras. Así, en el Sueño profundo la energía está centrada en las zonas instintivas como el hipotálamo. En Semisueño, la energía está predominantemente en las zonas límbicas. Y en Vigilia, en el córtex y neocórtex. Cuando la energía está más presente en un Nivel de Conciencia que en otro es porque falta esa energía en los demás niveles, pero de todas formas, en todos ellos hay actividad y hay dinámica.
Como consecuencia de ello, en cada nivel aparecen fenómenos que le son propios: si estamos en el nivel de Vigilia, los niveles de Semisueño y de Sueño continúan operando, aunque con actividad reducida, dando lugar a fenómenos de presión de unos niveles sobre otros (quiero atender, pero estoy dando cabezadas); de mezcla de contenidos (estoy captando lo que leo o se dice, pero al instante siguiente estoy perdido en un ensueño); de rebotes (meto un cierto grado de consciencia en el sueño y ello me provoca tener sueño y tendencia a quedarme dormido en Vigila), etc.
En Vigilia se desciende con frecuencia al Semisueño en los estados de fatiga, preocupación, comidas copiosas, alcohol, etc. quedando el sujeto dominado por los Ensueños.
Los Ensueños sirven también para compensar dificultades de situación o necesidades que experimenta el sujeto, por ej. cuando no se puede expresar en el mundo y entonces aparecen imágenes compensadoras (debí decir o hacer tal cosa pero no supe o no pude… etc.)
El fantaseo, divagaciones o ensueños de la Vigilia ocurren mientras sujeto sigue realizando sus actividades cotidianas mecánicamente: se sueña despierto.
Los Ensueños o divagaciones dependen de las presiones internas de los bajos Niveles de Conciencia (Sueño y Semisueño) que pugnan por manifestarse en el Nivel de Vigilia.
En Vigilia hay presencia de los objetos del mundo, y a la vez copresencia de Ensueños, muchas veces superponiéndose a la Vigilia. El sujeto entonces está “dormido” porque esa Conciencia vigílica se encuentra en el estado de ensueño.
Los ensueños son inestables y cambiantes, y constituyen el mayor impedimento para mantener la Atención, la Vigilia y la Presencia.
Al Nivel de Conciencia de Sí se accede cuando mediante la atención se es capaz de observar los objetos del mundo a la vez que la actividad mental y/o emocional o al propio cuerpo.
Hay atención al objeto y al propio sujeto. Hay atención simultánea de presencia y copresencia que permite ser consciente del mundo y de uno mismo.
La energía que en Vigilia se escapaba por los ensueños, ahora se utiliza para autoobservarse: realizo mis actividades a la vez que me doy cuenta de mí mismo, de la actividad mental que me producen dichas actividades.
Aquí se trasciende el pensamiento. Ya no se está a merced de las cadenas asociativas que apresan la Conciencia con pensamientos y ensueños repetitivos e inútiles.
Es el Despertar de la Conciencia que libera al Ser Humano del sufrimiento. Los Centros están en armonía. Se piensa, siente y actúa en una misma dirección (no hay contradicciones). Se construye así la Unidad Interna.
Las consecuencias para uno mismo y para el mundo son enormes: los conflictos y el sufrimiento desaparecen. El ego-ismo queda sustituido por la Conciencia de Unidad con la Naturaleza y con todos los seres vivientes.
Se actúa y se trabaja tanto para sí mismo como para los demás.
Hay Amor y Compasión.
Cuando en la Conciencia hay “silencio” y “espacio” la energía puede activar el Centro Superior pudiendo darse fenómenos místicos.
A este Nivel de Conciencia puede accederse mediante una práctica sostenida de la Conciencia de Sí, pero no se accede por voluntad sino que “Aquello viene sin ser invitado”, es decir, “cuando le parece” y no cuando es buscado por el sujeto.
No es conveniente buscar fenómenos paranormales o extraordinarios por cuanto si se carece de una adecuada orientación y base interna suficiente, pueden producirse descompensaciones, desorientación, contradicciones e incluso rebotes y mal uso de la energía perjudicando o impidiendo la debida integración de dichos fenómenos para el crecimiento interno y el Despertar de la Conciencia de modo armónico, sosegado y sostenido en el tiempo.
La Humanidad se encuentra en el Nivel de Conciencia de Vigilia ordinaria. Hay contradicción, egoísmo y sufrimiento. La dirección de la energía es centrípeta, hacia uno mismo. Se vive “dormido”.
El siguiente paso evolutivo es la Conciencia de Sí, el Despertar de la Conciencia que trasciende el pensamiento. Sin embargo, este nuevo nivel no puede lograrse mecánicamente por simple evolución, sino mediante la dirección de la energía atencional hacia el mundo circundante a la vez que hacia uno mismo.
“El Plan” consiste en liberarnos y liberar y se consigue pensando, sintiendo y actuando en una misma dirección: promoviendo el Amor y la Compasión hacia todos los seres vivos sin distinción y comprendiendo la Unidad de todo lo creado.
Próximo capítulo:  Teoría del ensueño
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