Estamos tan identificados con “la voz de la cabeza” (el torrente incesante de pensamientos involuntarios y compulsivos y las emociones que los acompañan) que no nos damos cuenta de que estamos poseídos por la mente. Creemos que el pensador es uno mismo sin darnos cuenta de que el ego nos posee. (Capítulo 3 “El núcleo del ego” de “Un Nuevo Mundo Ahora” de Eckhart Tolle).
Hay un sentido del yo en cada pensamiento, en cada recuerdo, interpretación, opinión, punto de vista, reacción, emoción …
El contenido de la mente está condicionado por el pasado: educación, cultura, entorno familiar, etc.
Cuando decimos “yo”, es el ego quien habla.
Siempre son pensamientos, emociones, recuerdos con los que te identificas como “yo y mi historia”.
Son papeles habituales que desempeñas sin saberlo:  identificaciones personales como por ej. posesiones, opiniones, apariencia externa, conceptos de uno mismo como “mejor qué” o “peor que”, triunfador o fracasado…  e identificaciones colectivas como nacionalidad, religión, raza, clase social, creencias políticas…
Los “yoes” varían de unas personas a otras, pero funcionan con la misma estructura.
Se vive a través de los “yoes” creados por la mente y formados por pensamientos y emociones.
El “yo” y los “yoes” son la base de la identidad precaria y dormida porque los pensamientos y las emociones son efímeros y fugaces.
Todo ego está luchando constantemente por su supervivencia intentando protegerse y agrandarse. Para sostenerse necesita la idea opuesta “del otro” como rival o enemigo. Suele ser habitual el compulsivo hábito egoísta de encontrar defectos en los otros y quejarse de ellos, quejarse de cómo están las cosas, quejarse del gobierno, quejarse del sistema social, etc.  Cuando se critica o condena a los demás, sea de palabra o de pensamiento, eso me hace sentirme superior … De ese modo refuerzo mi ego.
El aplicar etiquetas mentales negativas, o el sentirse amargado, indignado o agraviado por lo que hicieron o dejaron de hacer o decir los demás, de lo que deberían haber dicho o hecho, y culparles…, todo eso le encanta al ego porque es el combustible para sobrevivir y demostrar que se tiene razón y se es superior.  Esto no quiere decir que debamos admitirlo todo, sino que aprendamos a distinguir entre consciencia y reactividad.
Cómo descubrir mis “yoes”, mis creencias, mi personalidad.
Cómo descubrir mis “yoes”, mis creencias, mi personalidad.
Cómo descubrir mis “yoes”, mis creencias, mi personalidad.
La personalidad son las capas de comportamiento en las diferentes situaciones que nos toca vivir.
Cuando la personalidad está viciada, cuando los “yoes” y las creencias han conformado estructuras negativas, el sujeto está “quemado” (coagulado, cristalizado) y la Luz de la Conciencia que mora en la Esencia no puede expresarse y llegar al mundo. Igualmente, desde el exterior tampoco le llegan los estímulos conscientes. El yo, los yoes, el ego y la personalidad tienen su función, pero deben estar supeditados a la Conciencia.  
Mirar más allá del ego atravesando la personalidad (propia y de los demás) nos conecta con la Esencia.
Vivir en Conciencia de Sí, en Presencia, nos hace ver lo efímero y pasajero de este mundo y tornar nuestros pensamientos, sentimientos y acciones en actos unitivos y amorosos para con todos los seres vivientes.
Cuando te das cuenta de lo que es el ego y cómo funciona, cuando las formas con las que te habías identificado y que te daban la sensación de “yo” se derrumban, puede producirse un colapso del ego porque éste es la identificación con la forma (formas internas de pensamientos y emociones, o externas con los objetos del mundo).
Cuando ya no hay nada con lo que identificarse, ¿quién eres?
Cuando las formas que te rodean mueren o la muerte se aproxima, tu sentido del Ser queda libre de su encadenamiento con la forma, el Espíritu queda libre del encarcelamiento en la materia. Te das cuenta de que tu identidad esencial no tiene forma, es una Presencia que todo lo impregna, es un Ser anterior a todas las formas, a todas las identificaciones. Percibes tu auténtica identidad como Esencia, como Conciencia en Sí misma y no como aquello con lo que se había identificado. No soy esto o aquello, sino Yo Soy. (“La paz que sobrepasa toda comprensión” en “Un Nuevo Mundo Ahora” de Eckhart Tolle).
Experiencias cumbre:
“A veces una alegría inmensa me ha sobrecogido. A veces una comprensión total me ha invadido. A veces una comunión perfecta con todo me ha extasiado. A veces he roto mis ensueños y he visto la realidad de un modo nuevo”
(“La Mirada Interna”, Silo. Editorial Transmutación).
Próximo capítulo:  Conciencia mágica versus Conciencia de Sí.
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