Sentidos y Memoria: “las ventanas” y “el trastero” del psiquismo
Como todo Ser vivo, los Humanos recibimos estímulos, los procesamos, y enviamos respuestas al medio externo (al mundo) o al medio interno (a nuestro propio psiquismo).
Las respuestas más simples obedecen a estímulos placenteros o dolorosos.
El procesamiento de los estímulos provenientes del exterior son efectuados por el psiquismo donde se originan muy diferentes respuestas en función de variables como el biotipo, el aprendizaje, la biografía, etc.
Las percepciones son la llegada de estímulos (datos, información) que tienen lugar gracias al trabajo de los Sentidos, que son “las ventanas” de comunicación entre el mundo y el psiquismo.
A su vez, todo estímulo se complementa y relaciona con los datos anteriores ya guardados en Memoria.
Esquemáticamente, el psiquismo humano (y también el de los animales) trabaja relacionando, coordinando, almacenando y elaborando respuestas.
Los estímulos o impulsos (datos, información) entran al psiquismo a través de los Sentidos externos (vista, oído, olfato, gusto y tacto) e internos (cenestesia y kinestesia) y son transformados en bits de información (impulsos bioelétricos) que siguen distintas rutas, principalmente hacia Memoria, Conciencia, o directamente a hacia los Centros (Intelectual, Emotivo, Motriz, Somático) para dar respuestas al Medio Externo, es decir, al mundo.
En función de distintos factores, las vías de conexión que siguen los bits de información pueden ser: Percepción, Apercepción, Reminiscencia o Recuerdo, Evocación, Imágenes de respuesta, Registro de la respuesta, Sensación de la Conciencia, Registro de Memoria, Grabación, Respuesta al Medio externo, y Estímulo reflejo que responde al Mundo.
“Las ventanas”, es decir, los Sentidos, son externos cuando la información nos llega desde fuera de la piel, o internos cuando provienen del interior del propio cuerpo.
También hay Sentidos no humanos:
Electrorrecepción: detección de campos eléctricos (caso de muchos peces).
Magnetorrecepción: capacidad de detectar campos magnéticos (palomas mensajeras y otras aves, y en algunas tortugas e insectos como las abejas).
Ecolocalización: capacidad de orientarse y desplazarse emitiendo y recibiendo sonidos (murciélagos y algunos cetáceos).
Los umbrales de percepción de los sentidos son las franjas vibratorias, de presión, o de actividad química o electromagnética (máximos y mínimos) entre los cuales se pueden recibir los estímulos.
En muchos animales, los umbrales de percepción son más amplios que en los humanos.
La radiación electromagnética, atendiendo a su longitud de onda y frecuencia, se manifiesta como ondas de radio, microondas, radiación infrarroja, luz visible, radiación ultravioleta, rayos x, y rayos gamma.
Nuestro sentido visual percibe tan sólo una pequeña franja del espectro electromagnético.
La función de nuestro sistema auditivo es la de transformar las variaciones de presión, originadas por la propagación de las ondas sonoras en el aire, en impulsos bioeléctricos.
Puede decirse que el oído es un transformador de sonidos en impulsos eléctricos o bits de información.
Las células receptoras olfativas son neuronas capaces de detectar miles de olores diferentes.
Este sistema maneja respuestas instintivas o automáticas y tiene muy poco que ver con los pensamientos conscientes o con la voluntad.
El sentido del olfato juega un papel muy importante en las personas con sordoceguera para identificar a personas, lugares, objetos y actividades.
Es un sentido muy básico y poderoso.
El Gusto nos permite identificar los sabores en los alimentos. El órgano gustativo principal es la lengua. Está cubierta de papilas gustativas que contienen los receptores sensoriales para detectar y diferenciar los sabores.
El tacto es el Sentido más antiguo. Funciona mediante presión. Su órgano sensorial es la piel, que es el órgano más extenso del cuerpo. Existen alrededor de 100 receptores táctiles en cada yema de los dedos.
La Cenestesia es un Sentido interno sin el cual no tendríamos registros del interior de nuestro cuerpo. Nos da información de diferentes sensaciones internas que nos sirven para la preservación y cuidado del organismo. Este Sentido está muy ligado al Centro Somático.
Es el Sentido interno que incorpora las sensaciones de equilibrio, espacio y tiempo, centrándose en el movimiento y el control del cuerpo.
Está relacionado por tanto, con el Centro Motriz y también con el oído facilitando el sentido de la orientación y la ubicación espacial.
La Memoria es “el trastero de los recuerdos”.
Almacena datos, conocimientos y experiencias fijándolos y conservándolos.
Además de su clasificación por el transcurso del tiempo, también pueden distinguirse distintos tipos:  Memoria genética, inmunológica, psicológica, cultural, auditiva, visual, etc.
La Evocación (10) es un acto intencional que conecta Conciencia (4) con Memoria (3) para pedirle datos.
El camino inverso es la Reminiscencia (9) o Recuerdo, que se produce cuando Memoria entrega a Conciencia los datos solicitados (intencionalmente), o de modo mecánico (ensueños, divagaciones, parloteo mental).
La flecha del tiempo va desde el pasado al futuro pasando por el presente. No obstante, ni el pasado existe, ni tampoco el futuro, salvo en nuestra Memoria e Imaginación.
Hechos más o menos relevantes de nuestra vida pueden apresarnos en el pasado, sea de forma eventual o duradera. Se da a menudo en personas de mayor edad, en cambio en jóvenes y personas maduras suele primar la imaginación. Ambas situaciones encadenan al sujeto apartándolo de vivir el presente, hecho que es de trascendental importancia por su relación con el Despertar de la Conciencia.
El aprendizaje y la educación están relacionados directamente con la Memoria.
La atención es básica en el acto de aprender, e igualmente la intención en el de enseñar.

Próximo capítulo:  La Conciencia

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